jueves, 1 de julio de 2010

Dice el maestro:
"Mucha gente tiene miedo de la felicidad. Para esas personas, esta palabra significa cambiar una serie de hábitos y perder su propia identidad. Muchas veces nos sentimos indignos de las cosas buenas que nos ocurren. No las aceptamos porque, al hacerlo, tenemos la sensación de que le debemos algo a Dios. Pensamos:
Por miedo a mermar, dejamos de crecer. Por miedo a llorar, dejamos de reír."

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